domingo, 16 de noviembre de 2008

Viva el (otro) fútbol


Conforme te vas echando años encima y la vida te depara otras preocupaciones, vas relativizando más la importancia de temas como el fútbol. Evidentemente, sigue chiflándome, pero porque, por encima de los grandes titulares, las megaestrellas, los equipos Champions, los campos con miles de flashes y cámaras de televisión... he aprendido a valorar el 'otro' fútbol, si es que se puede hacer una diferenciación entre uno y otro. A medida que vas adquiriendo madurez, al menos a mí me pasa, te vas haciendo más objetivo o te dejas llevar menos por las pasiones cegadoras. Claro que tendría que darme rabia y me la da que un Sporting de Gijón le pegue un baile al Valencia pero, cuando disfrutas tanto con un equipo rival y el fútbol que hacen sus jugadores, eso hace que el enfado sea menor y se convierta, aunque parezca mentira, en una pequeña alegría.
En el fútbol hay mucha mentira y sólo hay que ver el partidazo que hizo ayer el Sporting en Mestalla para demostrarlo. Que me quiten Manueles Fernandes y me den más Diegos Camacho. Que me quiten Morettis y me den más Sastres o Diegos Castro. Y no estoy cargando contra el Valencia. Menos Gagos y más Barrales, menos Matigoles y más Carmelos. Claro que a un equipo hay que darle estrellas para completar lo otro pero, muchas veces, el oropel nos ciega y no nos deja ver que existe otro fútbol por encima de los apellidos conocidos.
Me gusta el fútbol con mayúsculas, pero cada vez me motiva más el fútbol con minúsculas. Me gusta buscar las pequeñas victorias. Un pequeño triunfo es ver jugar a los grande a gente que has tenido cerca y que se han tenido que marchar por la ceguera de algunos mequetrefes. Una pequeña victoria es una galopada de Pedro León, un gol por la escuadra de Carmelo, el paso arrollador de Diego Camacho o el magisterio de Txomin. Para los que comiencen estar un poco hastiados del fútbol de grandes titulares, de Madrides, Valencias, Atléticos ramplones, les invito a conocer el otro fútbol: el de estos futbolistas que he nombrado o el de los Medunjanin, Javi Guerrero, Piatti, Emana, Duda, Juanma Ortiz, Eli, Valera... tienen menos glamour pero también forman parte de la salsa del fútbol, siendo ingredientes importantes de la misma.
Que viva el fútbol, leñe!!!

PD: Grande Diego. Honor y gloria para el 'Tigre de Móstoles'.

jueves, 13 de noviembre de 2008

J, el Infierno ya es sólo HUMO


El último disco de Extremoduro no voy a desgranarlo porque es un tema ya muy manido y para eso ya hay certeros analistas como mi gran amigo Nas que lo han hecho a la perfección. Pueden viajar hasta su odaico blog para comprobarlo. Sólo echaré mano de una frase de ese trabajo del ya mítico Robe (el mayor fenómeno cultural de los últimos 30 años en España) para hacer una reflexión:

"El fuego del infierno ya es sólo humo
y ahora el fuego ya es sólo humo
despues de arder el fuego ya es sólo humo
el infierno ya es sólo humo…"

El fuego, tarde o temprano, es sólo humo. De realidad a irrealidad. Esta vida está llena de problemas que nos caen encima como una catarata pero, por mucho que nos empeñemos en agrandarlos, el pesimismo no nos conduce a ningún sitio. Yo soy más de ver las cosas con espíritu positivo, porque lo contrario sólo te lleva a ir pudriéndote por dentro en una fatídica espiral. Está claro que todos somos débiles en algún momento, pero hay que escapar de eso y mirar al frente. Nuestro cómplice será el tiempo y, el viento, que se lleve aquello que no queremos en nuestras vidas. El tiempo.
También, para saber salir de ese bosque en que a veces nos metemos y que nos llena de sombras, hacen falta amigos que te cojan de una mano y, con la otra, vayan apartando la hojarasca y te sepan curar cuando una rama te araña la cara. Los amigos. Siempre están ahí y, por encima de lo material, nunca arderán, aunque al final quedemos reducidos a cenizas. El alma queda en el aire y, lo material, es sólo pasto.
Lo material. Importante para complementar lo espiritual, pero no hay que dejarse esclavizar. Es un buen complemento para una vida más completa y más cómoda, pero sólo eso, no hay que darle más importancia. Somos como un árbol y, cuando se caen los frutos que nos adornan y que no son sino artificio, sólo nos queda la raiz y tiene que ser bien fuerte para no desmoronarnos. Eso que nos mantiene bien cogidos a la tierra son nuestra pareja, nuestros amigos, nuestra familia y, no menos importante, nuestros actos. Cuando te pones desnudo delante del espejo, sólo te ves a ti y a tus actos y a las personas que has sabido fidelizar con ellos. El que no actúe bien en esta vida, estará muy ufano y puede ser que vea reflejada una gran sonrisa pero, amigo, cuando el espejo se ponga del revés, la sonrisa también se dará la vuelta y, entonces, ya no apuntará hacia el cielo, sino hacia el infierno.
Bueno, me he desviado más de la cuenta. Hablaba de los problemas y de que, al final, cuando han dejado de arder, son sólo eso, humo. Esto va por mi amigo J. que está pasando una época muy mala. Has ardido y nosotros estamos aquí para ponerte el unguento. Quema etapas, a tu ritmo, no tengas prisa, porque nosotros te esperamos con las guitarras para marcarnos una buena coda flamenca. Y ese humo de amor que se ha podrido dejará pronto de oler a leña para convertirse en aroma de incienso. Nos hemos arrancado y ahora esto ya no hay quien lo pare. El tiempo está en movimiento. Fuego, humo, nubes, el cielo despejado, sol radiante. La ley innata.

P. D. Viva el Rey de Extremadura.

lunes, 10 de noviembre de 2008

A cualquier mujer del mundo


Esta tarde se ha escuchado en el AS una frase lapidaria que ha retumbado por todas las paredes de la redacción (ocho metros cuadrados, tampoco os emocioneis) hasta hacernos perder casi el sentido. No voy a dar más rodeos porque el interés de esta entrada es únicamente la frase en sí y no le quiero quitar protagonismo al protagonista, valga la rebuznancia.

"Si me dan hora y media encerrados en una habitación, me puedo tirar a cualquier mujer del planeta".

Por supuesto, no voy a decir quién es el autor de esta sentencia, eso es secreto de sumario. Pero la frase está ahí y quedará para la historia.