He elegido esta foto porque refleja con bastante fidelidad una de las cualidades del protagonista de esta entrada. Siempre mirando al horizonte, buscando nuevos retos, nuevas aventuras en las que meterse... algunas veces, las muchas, con éxito, otras apoyando la rodilla para volver a levantarse. La nueva empresa en la que mi buen amigo Manolo se adentra es el matrimonio. 3 de octubre de 2009. Quasi res porta el diari. Es afortunado, del mismo modo que lo será Laura, su brillante compañera en este viaje que, esperemos, parta y surque el vasto océano del amor para nunca más regresar a puerto.
Otras perdieron la oportunidad de amarrar ese barco. Ninguna de ellas lo merecía, unas menos que otras, pero no es éste lugar para señalar con el dedo, sino para festejar. Tampoco él fue un santo ni el mayor dechado de virtudes en otras épocas, pero ahí queda lo que ahora es: persona honrada, trabajadora y fiel a sus amigos y devoto amante de su pareja.
Le conocí con unos 10 años y, por aquel entonces, le llamábamos mariposón, aunque siempre para picarle. De hecho, siempre se las llevaba a todas de calle y su apodo sólo ha terminado respondiendo a la verdad porque, de mariposa, tiene que siempre le ha gustado volar muy alto. Ha revoloteado por muchos regazos y no menos barras de bar, pero al final se ha ido a posar en la flor adecuada.
Ahora vienen a la mente los botellones, la sangría don simón vertiéndose sobre una botella de coca-cola, el caballo loco, los partidos de tres horas bajo el sol de Las Adelfas, las intensas jornadas de estudio sin libros, nuestras medallas en las olimpíadas del parchis, conversaciones de sol a sol creyendo que podríamos arreglar el mundo y domar el pura sangre de los sentimientos...
Ha pasado un mal año, así que creo que es momento de que disfrute con esta recta final hacia otro nuevo capítulo de su vida. Felicidades a los dos.
1 comentario:
Muchas gracias Javier, espero que ese día tan importante en nuestras vidas estes para compartirlo, Gracias amigo
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