
Querido Alfredo. Vuela, sé libre. Haz lo que te dicten tu corazón y tu conciencia. No temas que se te quiebren las alas, pues nosotros seremos la red que te recoja si te fallan las fuerzas.
Sean bienvenidos a este mi espacio de libertad donde hablaré de mis cosillas e intentaré ajusticiar (como bien dice la palabra, hacer justicia con, no me voy a cargar a nadie) a quien o a lo que se me ponga por delante. Lo sé, puede que todo esto interese a poca gente, pero para aquel al que Dios o quien sea no ha concedido el don de la palabra, aquí encuentra un considerable consuelo. Pasen y vean... aunque esperen a que me tape un poquito.
Tengo una deuda con varias personas que me va a costar mucho tiempo pagar, tanto que me podría pasar toda la vida haciendo frente a las letras, como si de un piso se tratara. Muchas veces la vida, al mínimo que te descuidas, te mete en vorágines que no puedes siquiera controlar. Parece como si uno no viviera la vida, sino que es la vida la que te vive a ti. Y eso no puede ser. La vida está hecha para disfrutar de los grandes momentos, compuestos por momentitos pequeñitos que, al final de la carrera, es lo que permanece en el recuerdo. Yo creo que me estoy perdiendo muchos de esos momentos y no sabría explicar por qué. Espiritual y afectuosamente estoy muy lleno con Olivia, con la que estoy contando impaciente ya los días para empezar nuestra nueva vida. Por otro lado, tengo un vacío en el corazón, provocado por estar dejando de lado a otras personas que significan mucho para mí. Trabajo, trabajo, trabajo ¿y lo demás no importa? No es que las tenga olvidadas, porque siempre las tengo en mi pensamiento, pero la amistad, aunque suene mal, es como una planta a la que hay que cuidar. Sé que, con esas personas, tenga la reserva de agua muy llena pero el ser vivo corre el peligro de morirse de sed alguna vez. Espero que no llegue el momento.
Impresionante. Felicidades a Rafael Nadal, que nos ha regalado cinco horas de intensas emociones y explosión de alegría al final. Buena parte de la culpa en esta épica la tiene Roger Federer, un jugador de otro planeta y un deportista como la copa de un pino. Se me han puesto los pelos de punta, mucho más que con el título de la Eurocopa de los futbolistas. Y es que Nadal es la clase obrera y, como tal, el pueblo se identifica más con él que con la élite elitista.
Voy a hablar del desliz de María Escario. Durante los festejos de la Eurocopa cubiertos por La Primera, el periodista Sergio Sauca destacó que la calle estaba llena de gente celebrando la Eurocopa y, entre ellos, un porrón de colombianos, ecuatorianos y personas de países sudamericanos. A Escario se le calentó la boquita y le respondió a Sauca: "Por cierto, ¿has echado en falta algo de los bolsillos..?". Dos consideraciones: