
La victoria de Rafa ha sido la guinda al pastel del fin de semana. Han sido casi dos días de contacto intenso con mi mundo perellonesco: solecito, playita, cervecitas, fiesta y, sobre todo, Olivia y amigos. Este año, justo cuando en breve voy a cambiar de vida, van a ser menos los momentos que pueda vivir allí, ya que el trabajo no me permitirá otra cosa, aunque estaré en espíritu. Poder desconectar por dos días de este modo es algo refrescante: los amigos siempre tienen una palabra de apoyo, te valoran como es debido y siempre te hacen sentir bien. Es decir, que no te hacen sentir como una mierda, algo para lo que no todo el mundo está cualificado.
A partir de ya, toca afrontar otra semana que a buen seguro que será complicada, puesto que la actualidad no va a colaborar a hacernos el verano más llevadero.
PD: Mención especial para mi amigo Damià, que está pasando unos momentos complicados. Todos estamos contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario