domingo, 6 de julio de 2008

El Nadal llegó en julio

Impresionante. Felicidades a Rafael Nadal, que nos ha regalado cinco horas de intensas emociones y explosión de alegría al final. Buena parte de la culpa en esta épica la tiene Roger Federer, un jugador de otro planeta y un deportista como la copa de un pino. Se me han puesto los pelos de punta, mucho más que con el título de la Eurocopa de los futbolistas. Y es que Nadal es la clase obrera y, como tal, el pueblo se identifica más con él que con la élite elitista.

La victoria de Rafa ha sido la guinda al pastel del fin de semana. Han sido casi dos días de contacto intenso con mi mundo perellonesco: solecito, playita, cervecitas, fiesta y, sobre todo, Olivia y amigos. Este año, justo cuando en breve voy a cambiar de vida, van a ser menos los momentos que pueda vivir allí, ya que el trabajo no me permitirá otra cosa, aunque estaré en espíritu. Poder desconectar por dos días de este modo es algo refrescante: los amigos siempre tienen una palabra de apoyo, te valoran como es debido y siempre te hacen sentir bien. Es decir, que no te hacen sentir como una mierda, algo para lo que no todo el mundo está cualificado.

A partir de ya, toca afrontar otra semana que a buen seguro que será complicada, puesto que la actualidad no va a colaborar a hacernos el verano más llevadero.

PD: Mención especial para mi amigo Damià, que está pasando unos momentos complicados. Todos estamos contigo.

No hay comentarios: