jueves, 24 de julio de 2008

Gracias por todo, hermano

El martes pasamos una jornada agridulce en la que dijimos adiós a mi amigo Damià Vidagany, que abandona el barco del AS para dirigir la nave de un nuevo proyecto en Radio Marca, donde seguro que seguirá haciendo escuela. Fueron unas horas de felicidad, por el reencuentro, ya que ha estado dos semanas encerrado en casa por unos problemas en el estómago, y de melancolía, por la despedida. Antes, hubo otros momentos entrañables, mensajes cruzados. "Damiá, si necesitas algo, no dudes en pedírmelo" "Gracias, hermano", me respondió. "Gracias a ti, por lo de hermano", contraataqué. "Lo serás para siempre", sentenció el de Llíria. Para los que me conocen más, sabrán lo importante que es que alguien me pronuncie la palabra hermano.

El adiós de Damià será una baja sensible. De momento, ya no volveremos a ver pasearse esas zapatillas de los Boston Celtics por nuestra redacción. Su espíritu seguirá impregnándonos, de todos modos, porque los buenos momentos son imborrables. La mayoría han sido positivos y, cuando hemos tenido que tirarnos los trastos a la cabeza, se ha hecho sin reparos (acuérdate, Dami, de la famosa intrahistoria que Hugo se olvidó de redactar y que yo salí como Don Quijote a defenderlo).

De él sólo tengo palabras buenas. No en vano, él mismo es el que reconoce que su principal defecto es la vanidad. Como lo confiesa, no tengo nada más que añadir. Como digo, perduran los buenos momentos: Cancellara, Sophia Petrillo (DEP), los curasanes de chocolate del horno Miralles, nuestros fichajes de frikis del youtube, los cierres codo con codo hasta la una de la mañana, los cafés con leche, Tomás Carmona, VIPS, los abrazos del oso... Snif.
Con todo, ya sólo me queda esperar que su nueva andadura sea un completo éxito, que yo creo que será así, porque es uno de los mejores periodistas de Valencia. El resto, nos quedamos remando como una familia, aunque se nos haya ido uno de los componentes más importantes. Y es que, cada vez que nos quitan una pieza, se resiente nuestro perfecto engranaje. Menos mal que se ha elegido para sustituirle al gran Ximo Masmano, un excelente trabajador y mejor persona que estoy seguro que va a encajar a la perfección en nuestro puzzle.

Dami, gracias por los momentos compartidos y espero que no sean ni el 1% de los que quedan por vivir.

PD: De nuevo, espectacular cena en la Lambrusquería del amigo Toni en la calle Conde Altea de Valencia. No tiene precio decirle a un camarero "traenos lo que quieras para cenar" y despreocuparte, con la seguridad de que vas a pegarte un ágape de alto nivel y a un buen precio. Toni es un icono de nuestra ciudad y pronto se le reconocerá su buen hacer y su condición de extraordinario anfitrión, sin olvidar a los trabajadores que allí tiene, todos de unas formas exquisitas.

1 comentario:

Álvaro Martínez @alvarom dijo...

Se va como un caballero, y como un auténtico profesional. Espero que le vaya bien en su nueva etapa en Radio Marca, donde desde la distancia seguro que le seguimos la pista. Los demás tendremos que seguir remando.

Sentidas palabras, Javi.